Resuelto el misterio de la pintura mediaval azul

Actualmente los manuscritos ilustrados son los objetos mejor conservados de la Edad Media. Estos han sido los protagonistas y en muchas ocasiones narradores de nuestra historia, desde las escenas bíblicas hasta las crónicas y obras literarias.

El color es el elemento que reina dentro de estas obras de arte y, a parte de embellecer la presentación, constituyen un elemento clave para su preservación y cuidado. Comprender de dónde nacen estos colores y la creación de los mismos es un proceso importantísimo. Sin embargo, el característico tono azul púrpura conocido como folium se encontraba perdido.

La escasa información que se tenía sobre el misterioso color era que la Chrozophora tinctoria era su único ingrediente, pero recientemente un estudio publicado en la revista Science Advances ha desvelado la incógnita.

“Para preservar las iluminaciones de los manuscritos para las generaciones futuras, estamos combinando métodos de las humanidades y las ciencias naturales”, ha afirmado para la CNN Maria João Melo, una de las autoras de la investigación y profesora en el departamento de conservación y restauración de la Nueva Universidad de Lisboa en Portugal.

Melo encabezó un equipo multidisciplinar compuesto por químicos, restauradores y un biólogo especializado en botánica, con el fin de analizar todos los ángulos de la elusiva fórmula y conseguir restaurar el folium, la otra gran fuente de color azul junto al índigo.

RESURRECIÓN PICTÓRICA:

Se realizó una búsqueda exhaustiva de documentos mediavales que acreditaran que la citada planta era el origen de tintes azules y morados. Y así fue como descubrieron que libros de los siglos XII, XIV y XV describen la Chrozophora tinctoria, donde se encontraba ilustrado sobre todo cuándo debía recolectarse y la forma de procesarla.

Esta planta se trata de una hierba pequeña que se encuentra en el Mediterráneo, el norte de África y el centro y suroeste de Asia.

El famoso tinte se almacenaba en tela y se secaba como acuarelas. Cuando querían utilizarlas como pintura, se cortaba un pequeño rectángulo y se extraía con agua o similar para llevarla hasta la página.

Fotografía del pigmento azul púrpura

Durante la investigación se recolectó la planta en el sur de Portugal durante julio, agosto y septiembre de 2016,2017 y 2018. “La encontramos, guiados por la bióloga Adelaide Clemente, en una zona preciosa de Portugal, Granja, cerca de un pequeño y hermoso pueblo de Monsaraz, un lugar mágico”, detalla Melo.

Se intentó seguir las recetas medievales al detalle, pero los investigadores no abrieron el fruto ni liberaron las semillas. Descubrieron que el folium no es un tinte similar a los extraídos de otras flores y frutas azules.

Lo que hicieron fue extraer el compuesto responsable del pigmento azul y aislaron su estructura química. La molécula que descubrieron derivaba de un alcaloide de hermidina, y la llamaron chrozoforidina. Después de purificarla, lograron reproducir el color con éxito.

Gracias a este descubrimiento los especialistas pueden estudiar la estabilidad del tinte y la manera que tiene de reaccionar a los factores que provocan su descomposición y desgaste. 

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